jueves, 28 de junio de 2007

LA TERCERA GUERRA PÚNICA

La Tercera Guerra Púnica fue el último conflicto militar entre Roma y Cartago, desarrollado entre los años 149 a 146 a.C. Tras la finalización del conflicto y la victoria romana, Cartago quedó totalmente arrasada y las gentes que sobrevivieron fueron vendidas en el mercado de esclavos.

La guerra se desató porque Cartago no estaba dispuesta a someterse a Roma. Transcurrido medio siglo y tras las anteriores guerras contra Roma, la ciudad púnica había conseguido levantar cabeza gracias a sus actividades comerciales y recuperó así parte de su antigua esplendor, por lo que resurgió ese recelo por parte de los romanos y ahora también por parte de sus vecinos los númidas bajo el mando de Masinisa. Realmente, en aquellos momentos, Cartago todavía no suponía una amenaza para Roma, pero se estaba rearmando, hecho que sí alarmaba al Imperio Romano. Aprovechando este rearme, el cual había quedado prohibido tras la firma del tratado de paz del año 201 a.C, Roma lanzó una nueva ofensiva. Por otro lado, es cierto que Roma buscaba la hegemonía en el mediterráneo.

La guerra duró dos años (desde el 149 a.C. al 147 a.C.) en los que se produjeron intensos ataques. En un primer momento, los romanos no conseguían acabar con la resistencia de Asdrúbal, que incluso les había infligido algunas derrotas. Este suceso dio lugar a un cambio en el mando de las operaciones cediendo el mando al cónsul Publio Cornelio Escipión Emiliano, quien, desempeñando una serie de brillantes acciones, logró aislar la ciudad y tomar la colina de Birsa, camino que le abría las puertas hacia Cartago. En el 146 a.C., penetró en las fronteras enemigas atacando a Asdrúbal y sus tropas, que se había refugiado en el templo de Esculapio y una vez las venció, acabó conquistando la ciudad. Ésta fue la última derrota de Cartago, pues al finalizar la guerra fue arrasada. Su suelo pasó a ser propiedad de Roma.

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